Errores frecuentes en las vacaciones

Share on facebook
Share on twitter
Share on linkedin

Propongo que cada persona haga una reflexión sincera de lo que quiere, de lo que le apetece y de lo que cree que le irá mejor para sus vacaciones. Y luego lo exponga con su pareja (si la tiene) o con su familia. No tiene nada que ver tener pareja que no tenerla, tener hijos o no tenerlos y muchas otras circunstancias personales de cada uno. Lo más común es utilizarlas para descansar, coger fuerzas, cargas pilas, para desconectar… Aunque para mí ese concepto funciona al revés: cuando hago lo que quiero y que me gusta (casi siempre) estoy conectado y cuando hago lo que no quiero, estoy desconectado. Por suerte hay posibilidades para todos los gustos para conectarse: viajar, quedarse en casa, ir al mismo lugar de siempre, innovar, ver a amigos que hace mucho que no ves, incluso hacer un viaje para realizar un voluntariado que beneficie a otras personas si eso es lo que nos resuena en el corazón.

Algunos de los errores más comunes en las vacaciones…

El error más grave es no disfrutarlas. Muchas personas están esperándolas todo el año y si no las disfrutas a tu manera se puede convertirse en un drama.

Yo soy partidario de dejar espacios para la improvisación. Aunque te guste mucho planificarlo todo, deja espacio… Planifica el viaje, los traslados, los horarios, pero deja espacio para la improvisación. Esta bien hacer cosas diferentes. Hace 20 años que voy al mismo lugar, y cuando salimos a cenar vamos al restaurante de siempre. A veces tener demasiado control nos impide disfrutarlas.

Y hablando de disfrutarlas, yo añadiría vivirlas en presente. Ante cualquier paisaje, monumento o una puesta de Sol, enseguida sacamos el móvil o la cámara para hacer la foto o el vídeo nos perdemos estar presentes, estar atentos, vivir ese momento en profundidad… Y, a veces, también rápido las colgamos en las redes sociales. La tecnología no nos va a favor y estamos olvidando lo más importante.

Otro error que creo que cada vez se comete menos es invitar a cenar a los amigos para enseñarle las 10.000 fotos o diapositivas del viaje… Para quien las ha hecho puede ser muy interesante pero para los demás a veces es un suplicio…

¿Cómo prepararse para las vacaciones?

Para mí lo vital es reflexionar antes de escoger como vamos a pasarlas. Hacer una reflexión sincera y expresarlo. Hace unos días me explicaba un amigo que pasa todo el año viajando por trabajo, tanto que a veces no sabe ni en que ciudad se levanta, que cuando llegan las vacaciones lo que le apetece de verdad es quedarse quieto en el sofá, que si fuera por él ni cogería el coche… Es lógico, el problema es que su pareja está esperando las vacaciones para viajar… Aquí no hay más remedio que consensuar y ponerse de acuerdo. Cada uno que haga su propia reflexión y luego la exponga. Si alguien hace muchas concesiones al final va a ser un problema seguro. Hay que llegar a un acuerdo que nos satisfaga a todos los miembros de la familia, y a veces hay que ser flexibles y abrirnos a consensuar.

¿Surgen más conflictos en vacaciones?

Sí, por supuesto. Ahora me acuerdo de una amiga que es jefa de personal y cada año por estas fechas, como su empresa no cierra, tiene que hacer el calendario y los turnos correspondientes. Y, a veces, no hay forma de cuadrarlo, especialmente porque todas las personas quieren disfrutarlas con sus parejas…

Aunque también esto es una paradoja. Porque en verano, en vacaciones o cuando estas acaban es cuando más separaciones se producen y más aumentan las demandas de divorcio. Los conflictos se agravan en verano porque tenemos que estar mucho más tiempo juntos. y, por tanto, seamos más consciente de todas las rencillas que llevamos tiempo arrastrando. Uno puede disimular un par de días, pero a partir del tercer día de vacaciones resulta casi imposible hacerlo. Si no estoy cómodo o no estoy bien, no voy a poder disimularlo un mes entero.

¿Cómo evitar los conflictos familiares?

Como he dicho antes, una manera de evitarlos es no hacer demasiadas concesiones, tanto cuando las planificamos como una vez estemos en el lugar de destino. Y luego ser realistas con la situación familiar, económica, etc. Si tenemos niños pequeños, por ejemplo, lo mismo están durmiendo a las nueve y hay que adaptarse a esos horarios.

También propongo no tener unas expectativas demasiado altas, porque por poco que falle te va a quedar un poso negativo. Yo nunca pongo ninguna expectativa y así todo me sorprende gratamente….

También recomiendo buscar espacios personales. Incluso, si puede ser, un par o tres de días en exclusiva para uno mismo, para una misma también pueden ir muy bien para conectar con nuestra intimidad y pensar en singular.

¿Cómo prepararse para la vuelta?

Aquí es donde queda claro si nos apasiona nuestro trabajo o es simplemente una obligación a cambio de un salario a final de mes. Si no tenemos la motivación suficiente va a ser muy difícil, por no decir imposible, prepararte para volver. Es como los niños, si no les gusta la escuela no quieren volver. Eso sí, quien no ha estado bien en vacaciones puede estar deseando volver. Pero ese no es el camino. La utopía es haberlo pasado estupendamente y tener ganas de volver porque estamos contentos y satisfechos con el trabajo que realizamos. Es un tema de educación ya que, según mi opinión, demasiadas personas hacen un trabajo que no les apasiona.

¡Felices vacaciones!

Puedes encontrar todas las obras que he publicado en este enlace.

Share on facebook
Share on twitter
Share on linkedin